¿Qué es el conflicto? Concepto

conflicto

Los conflictos existen en diferentes niveles, pero hoy los consideramos exclusivamente como un fenómeno cotidiano: un enfrentamiento entre dos personas. La tendencia a participar en una discusión emocional, es inherente a nosotros por naturaleza. Puede estar convencido de esto al observar a los niños que tienen conflictos a menudo y muy emocionalmente, a pesar de que nadie les enseñó esto. La vida sin situaciones de conflicto es simplemente imposible. Pero todos pueden aprender a evitar conflictos y, si surgen, terminarlos rápidamente, manteniendo la dignidad.

Si su nuevo conocido dice con modestia «Soy una persona sin conflictos», lo más probable es que quiera decir que el interlocutor siempre tiene la culpa de los conflictos con su participación. Por lo tanto, es mejor no discutir con él.

La mayoría de los conflictos comienzan de manera bastante inocente. Primero, los participantes en la disputa intentan argumentar su posición de manera neutral, tratando de no ofender al interlocutor. Pero hay una peculiaridad en nuestra psique: si nos parece que nos han ofendido, tratamos de responder de tal manera que “herimos” al interlocutor con mucha más fuerza. Como resultado, una disputa inofensiva se convierte en un conflicto, cada participante del cual está completamente seguro de su propia rectitud y no puede entender por qué el interlocutor es tan terco y no se da cuenta de que está categóricamente equivocado.

¿Por qué surgen los conflictos?

A pesar de la infinita variedad de situaciones de conflicto, una (o más) de las siguientes circunstancias actúa con mayor frecuencia como la causa principal:

1.  Autoestima inadecuada . El surgimiento de un conflicto puede provocar una autoestima tanto sobreestimada como subestimada. En el primer caso, una persona siempre confía en su propia razón, en el segundo, tiende a enojarse y acumular resentimiento.

2.  Malentendido de la situación . Los conceptos erróneos son una de las principales causas de disputas que se convierten en conflictos. Al poseer información no verificada, una persona está segura de que el interlocutor está equivocado, por lo que hace todo lo posible para convencerlo.

3.  Incompatibilidad de entendimiento sobre el rol social . Esta es la razón principal de la “brecha generacional”. Por ejemplo, un adolescente a los 14 años gana confianza en que ya es un adulto, mientras que sus padres lo considerarán un niño por otros 10. Además, este factor suele provocar conflictos laborales entre superiores y subordinados.

4.  Discriminación. Las personas tienden a discriminar a quienes perciben como extraños. Al mismo tiempo, se indignan mucho si una persona discriminada se atreve a defender sus derechos.

5.  Competencia . Está en nuestra naturaleza luchar por los recursos, el estatus social y la oportunidad de producir descendencia. Y esta competencia puede provocar conflictos no solo entre extraños, sino incluso entre amigos cercanos.

Cualquiera de estos factores puede convertirse en motivo de conflicto si alguien considera que sus intereses se ven gravemente afectados. Muy a menudo parece que el conflicto surgió inesperadamente y de la nada, pero siempre crece gradualmente. Y si puede notar los requisitos previos indeseables a tiempo, casi siempre se puede evitar el conflicto.

Señales de conflicto

Para comprender sin ambigüedades qué es un conflicto y cómo identificarlo, es necesario recordar tres características principales que deben estar presentes en él:

1.  Bipolaridad (oposición) . Este fenómeno ocurre cuando dos personas defienden puntos de vista opuestos en una disputa que interesa a ambos. La presencia de posiciones opuestas aún no implica conflicto, pero es un requisito previo para ello.

2.  Actividad . Seguramente has escuchado la expresión “un conflicto solo es posible con la participación activa de las dos partes”. Realmente es. Para que el conflicto continúe, ambas partes deben estar activas.

3.  La presencia de sujetos . El conflicto no es sólo una situación, sino una forma de interacción entre dos sujetos. Por lo general, la probabilidad de que una disputa se convierta en conflicto depende del conflicto (es decir, la presencia de pensamiento de conflicto) de los sujetos.

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