Hablar en público: ejercicios

ejercicios para hablar en público

A muchos de nosotros nos gustaría tener un talento oratorio: la capacidad de hablar de manera hermosa y convincente y presentar nuestras ideas puede mejorar significativamente la vida de todos. Pero, ¿qué pasos necesita tomar en el camino hacia la excelencia en hablar en público? Aquí es donde los ejercicios especiales vienen al rescate.

Graba tu voz

Tome cualquier texto de 200-300 palabras y pruébelo con expresión en una grabadora de voz. Luego escuche la grabación y resalte los errores y deficiencias. Se debe prestar atención a los siguientes puntos:

  1. ¿Está recibiendo suficiente aire? ¿Cuánto puedes hablar en una respiración? ¿Respira rápidamente y no afecta su lectura de ninguna manera, o hace pausas largas e inapropiadas? ¿Qué otros problemas respiratorios notas?
  2. ¿Está poniendo énfasis en su discurso correctamente? La comprensión del habla por parte de los oyentes depende en gran medida de cómo se ponga el énfasis semántico.
  3. ¿Tu discurso es monótono? El discurso no debe ser monótono. Además, la repetición de las mismas entonaciones de vez en cuando también se considera monotonía. Incluso si lee la oración muy vívidamente, pero repite sus entonaciones en los siguientes dos o tres, sonará aburrido y sin interés.
  4. ¿Tiene algún problema con la dicción, la pronunciación? Si es así, ¿a qué debe prestar atención?

Este ejercicio por sí solo no desarrolla ninguna de tus habilidades, pero te ayuda a decidir sobre los próximos ejercicios. Para deshacerse de las debilidades, debe averiguar dónde están.

Respiración correcta

Todos los oradores deberían poder respirar correctamente. Y dos ejercicios te ayudarán con esto:

Respira hondo durante 6 segundos (puedes contar en silencio o usar un cronómetro). Aguante la respiración por un segundo, luego exhale lentamente durante 8 segundos. Para complicar las cosas, puedes contar los segundos en voz alta mientras exhalas.

El segundo ejercicio se llama «Vela»: debe mantener la «llama» en una determinada posición con la respiración. Esto se logra exhalando uniformemente. Intenta mantener la llama el mayor tiempo posible. Por supuesto, no es necesario usar una vela real, pero al principio puede usar una vela para comprender el principio del ejercicio.

Articulación

La articulación es el trabajo del aparato vocal durante la pronunciación. Puede tomar una lista de ejercicios para desarrollar la articulación aquí.

Es muy útil para pronunciar sonidos individuales. Tome el alfabeto y pronuncie claramente cada letra de 5 a 7 veces. Al pronunciar consonantes, evite agregarles sonidos de vocales. Preste más atención a las cartas problemáticas.

Siempre caliente su aparato vocal con ejercicios de articulación antes de presentaciones y ensayos.

Dicción

Para desarrollarlo, puede usar trabalenguas y por separado palabras difíciles de pronunciar, por ejemplo, «Eyjafjallajökull», «patrocinado», «trascendental». Esfuércese por pronunciarlos no solo lo suficientemente rápido, sino también sin dificultad, con fluidez.

Mírate en el espejo

Hablar en público no se limita a hablar. Además, debe ser capaz de mantener contacto visual con la audiencia. Para ello, acércate al espejo y comienza a recitar el texto de tu discurso, mirándote a los ojos.

Ni en el suelo, ni en el techo, ni al costado, en los ojos. Luego, cuando aprenda a controlar su mirada, sin distraerse de su discurso, puede intentar cambiar su mirada (después de todo, mirar en un punto también es malo). Traza el área en la que se supone que deben estar sentados los oyentes. Mientras habla, deslice su mirada a través de un auditorio imaginario y asegúrese de que su mirada no se desvíe hacia un lado.

Pero al hablar, el espejo tiene otra ventaja importante: te ves la cara. Esto significa que puedes regular sus expresiones. Tu rostro debe expresar algún tipo de emoción, no debe ser pasivo. Tampoco debe expresar su miedo al rendimiento o la inseguridad. Quizás en algunos momentos necesite expresar algún tipo de emoción vívida; asegúrese de ensayarlo frente al espejo.

Ahora presta atención a otras partes del cuerpo. Las manos deben ser visibles para la audiencia, ligeramente dobladas en los codos (palmas en el intervalo desde el borde inferior de las costillas hasta la clavícula). Por supuesto, se permiten excepciones, pero definitivamente no vale la pena mantener las manos en los bolsillos.

Los oyentes leen las señales no verbales, por lo que su postura y sus gestos influyen en gran medida en su desempeño. Separe las piernas al ancho de los hombros, enderece los hombros, enderece. Incluso cuando ensayes en casa, siempre observa todos tus movimientos. Aprende y acostúmbrate a ser dueño de tu cuerpo.

Además, ten en cuenta que si el escenario y el formato de la actuación te permiten moverte un poco durante la actuación, entonces es mejor que lo hagas. En general, cuanto más activo eres en el escenario (dentro de lo razonable, por supuesto), más interesante es observarte. Y esto también hay que practicarlo frente al espejo.

Si es posible, grabe cada una de sus actuaciones en público. Luego tome notas críticas como “Estoy demasiado preocupado aquí”, “este gesto se ve muy feo”, “Tengo problemas con la pronunciación de los silbidos”, etc. Con base en sus observaciones, haga los ajustes necesarios y ejercítese en consecuencia.

La observación competente de sí mismo y la selección honesta de los errores, seguidos de trabajar en ellos, pueden convertirlo en un orador sobresaliente.

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