2024 podría marcar el comienzo del Antropoceno, una nueva era geológica provocada por la actividad humana

tierra volcánica

El año 2024 podría marcar oficialmente el inicio del Antropoceno, una nueva época geológica dominada por la influencia global de la actividad humana. En octubre pasado, se realizó una votación formal para determinar si el impacto de la humanidad en el planeta durante las últimas décadas ha sido lo suficientemente significativo como para marcar una nueva era, suplantando al Holoceno. Sin embargo, esta propuesta sigue siendo controvertida en cuanto a su verdadera definición y delimitación precisa.

Propuesto por el meteorólogo Paul Crutzen en la década de 2000, el Antropoceno se refiere a un período marcado por importantes cambios provocados por la actividad humana. Estos cambios superarán a los ocurridos durante el Holoceno, la última fase interglacial que vivimos actualmente y que comenzó hace 11.700 años. Es importante no confundir el Antropoceno con el inicio de la influencia de la actividad humana. De hecho, esta era no incluye el impacto inicial de estas actividades -que fue regional y aumentó con el tiempo- sino que se define como las consecuencias globales de la «Gran Aceleración».

La Gran Aceleración es un período que comienza a mediados del siglo XX marcado por grandes y rápidos cambios, cuyos efectos superan con creces los de los fenómenos naturales (con la excepción del asteroide que acabó con los dinosaurios). El Grupo de Trabajo del Antropoceno (AWG) ha identificado un conjunto de marcadores relevantes (en estratos geológicos) que coinciden con este período. Estos incluyen, por ejemplo, radioisótopos de las primeras pruebas nucleares, partículas de carbono provenientes de la quema de combustibles fósiles, microplásticos , cambios en la biodiversidad que llevaron a la extinción de algunas especies y a la superpoblación de otras (especialmente las domesticadas), etc.

Estos indicadores se han estudiado en varios sitios geológicos clave en todo el mundo. En julio de 2023, AWG seleccionó el lago Crawford en Canadá como sitio de referencia para el Estudio de Indicadores del Antropoceno.

El lago Crawford en Canadá fue elegido como punto de referencia para estudiar los indicadores del Antropoceno.

Según el grupo, los hallazgos son lo suficientemente convincentes como para considerar oficialmente que estamos entrando en una nueva era geológica. En otras palabras, el Antropoceno se ha convertido en una realidad geológica y debería considerarse formalmente como una entidad distinta dentro de la escala de tiempo geológico internacional.

El plutonio como principal indicador.

La ubicación de referencia establecida por el AWG se definió mediante una demarcación material y temporal conocida como Punto de Estratotipo Global (GSSP) o Pico Dorado. Es la metodología más comúnmente utilizada para definir unidades o épocas geológicas durante los últimos 540 millones de años. Identificar un pico de oro requiere un marcador físico en el sitio visible a simple vista y al menos un indicador relevante, como cambios geoquímicos específicos. Para el Antropoceno se eligió la presencia de plutonio como principal indicador.

El espesor de las capas de sedimentos extraídas del lago Crawford (propuesto como punto de referencia para el GSSP) es de unos quince centímetros. Las capas de calcita que forman su base datan del verano de 1950 y muestran un rápido aumento del contenido de plutonio. Esta señal va acompañada de un aumento de partículas de carbono, así como de una disminución de la cantidad de polen de olmo y la sustitución de las diatomeas por un tipo especial de algas. Estos elementos indican cambios importantes en el ecosistema que se aceleraron después del final de la Segunda Guerra Mundial.

Fotografía de uno de los núcleos tomada desde el fondo del lago Crawford, que detalla la profundidad y edad de las distintas capas anuales, mostrando (derecha) la posición del límite propuesto en 1950.
Fotografía de uno de los núcleos tomada desde el fondo del lago Crawford, que detalla la profundidad y edad de las distintas capas anuales, mostrando (derecha) la posición del límite propuesto en 1950.

Propuesta ambigua

Sin embargo, el anuncio del AWG no dejó de generar sorpresa y un acalorado debate. La delimitación de nuevas épocas geológicas normalmente no se hace pública hasta que ha sido analizada y luego votada por la comunidad científica dentro de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS).

Por otro lado, algunos expertos discrepan sobre la definición del Antropoceno como época geológica y su inicio en la década de 1950. Para poner fin al debate, se ha sugerido que el Antropoceno debería verse más como un evento geológico. Esto permitiría incluir una lista mucho más larga de prácticas humanas transformadoras y sería más fácilmente aplicable a otras disciplinas científicas.

Sin embargo, un anuncio en los medios antes de una votación científica formal podría promover la aceptación del Antropoceno como una nueva era geológica. Los miembros del GTE creen que esta decisión debería ser abierta dada su importancia pública.

El grupo presentó una propuesta formal al Subcomité de Estratigrafía Cuaternaria (SQS) en octubre del año pasado. Si este último aprueba la propuesta, tendrá que pasar por dos rondas más de votación, incluso en la IUGS, antes de que el Antropoceno sea oficialmente reconocido como época geológica, posiblemente el próximo año. Sin embargo, según uno de los miembros del grupo, rechazar la propuesta equivaldría a restar importancia al impacto desproporcionado de nuestras actividades en el planeta durante las últimas décadas.